La empresa automotriz General Motors (GM) se acogió este lunes a la protección por bancarrota para evitar su liquidación.
Los analistas califican esa decisión como el mayor fracaso de una compañía industrial en la historia de EE.UU.
Claves de la Ley de Bancarrota
En un acto en la Casa Blanca, el presidente Barack Obama defendió su decisión de usar miles de millones de dólares de los contribuyentes para salvar a GM y Chrysler del colapso.
Indicó que el fracaso combinado de ambas compañías hubiera tenido un efecto devastador para la economía estadounidense.
Precisó que ambas automotrices serán reestructuradas (GM recibirá US$30.000 millones a tal fin) para ser convertidas en empresas más pequeñas pero más fuertes, y capaces de fabricar autos de menor consumo de gasolina.
El gobierno mantendrá el control del 60% de GM, pero Obama aclaró que será sólo temporal: "El gobierno actúa como un accionista muy renuente".
"Nuestra meta es contribuir a que GM se recupere (...) y salirnos rápidamente", agregó.
Con respecto a la reestructuración -que implicará la pérdida de 21.000 puestos de trabajo y la clausura de una docena de plantas-, dijo: "No voy a fingir que los malos tiempos han acabado. Se perderán más puestos de trabajo y muchos estadounidenses tendrán que pagar un precio, pero estamos trabajando en favor de la próxima generación, de un futuro en el que se seguirán produciendo vehículos en EE.UU.".
En cuanto a Chrysler, afirmó que podría salir de su situación de bancarrota "en los próximos días".
Mayor participación
GM alcanzó este domingo un acuerdo con la mayoría de sus accionistas para reestructurar la compañía.
Fuentes de la empresa dijeron que el 54% de los titulares de bonos firmaron un trato que les daría una participación del 10%, en un movimiento que convertirá a la gigante automotriz en una compañía mucho más pequeña.
A cambio podrán aumentar su participación en el futuro.
GM se someterá a un proceso de reestructuración que se espera resulte en la clausura de cerca de una docena de plantas productoras
El año pasado, GM reportó pérdidas de cerca de US$31.000 millones y ya recibió US$20.000 millones del gobierno estadounidense como salvavidas.
El gobierno defendió su intervención argumentando que la alternativa sería ver desaparecer una industria crucial para la economía del país.
Los directores ejecutivos de la empresa se reunieron este domingo con acreedores y sindicatos para ultimar un trámite conocido como "Capítulo 11" en la legislación de EE.UU.
La compañía debía dar detalle de sus planes de reestructuración bajo supervisión judicial antes del 1º de junio.
Se trataría del tercer gran caso de bancarrota en la historia de EE.UU., tras la caída de Lehman Brothers y del gigante de las telecomunicaciones WorldCom.
Una GM más verde
La GM que renazca tras la bancarrota será más ecológica, de acuerdo con los planes de Obama.
Según el corresponsal de BBC Mundo en Washington, Carlos Chirinos, las malas decisiones gerenciales de GM, los problemas en la calidad de sus productos, la falta de innovación tecnológica, los altos costos del programa de salud y del sistema de jubilación de sus empleados chocaron el año pasado con la caída de las ventas debida a la crisis económica y la restricción del crédito.
Algunos señalan que la gerencia no previó los cambios en el mercado
Mientras la compañía y el equipo de trabajo gubernamental para la industria automotriz nombrado por Obama trataban de negociar un plan para revivir la empresa, muchos han estado tratando de identificar de quién es la culpa de la situación, explica Chirinos.
Algunos señalan que la gerencia no previó los cambios en el mercado y los problemas operativos y financieros que se le iban acumulando, como el peso de la nómina o los altos costos de producción de las unidades.
Otros apuntan a los sindicatos, cuyas exigencias se habrían convertido en un lastre en los libros contables y le habrían hecho perder ventajas a GM frente a la creciente competencia extranjera.
Solución para Chrysler
Mientras tanto, en Nueva York, EE.UU., un juez aprobó la venta de la mayoría de los activos de Chrysler a su rival italiana Fiat.
La solución surgió dentro del marco de un plan estratégico apoyado por los gobiernos de EE.UU. y Canadá para impedir la bancarrota de la gigante automotriz.
Según los términos del nuevo acuerdo, una nueva firma conformada por Fiat controlará 20% de las participaciones de Chrysler, 68% de las mismas pertenecerá al Sindicato de Trabajadores del Automóvil y los gobiernos estadounidense y candiense compartirán el 12% restante.
Suriel Diputado Constanza-Jarabacoa 2016-2020.
Posted by Todos Con Suriel on Sábado, 25 de abril de 2015
General Motors se declara en quiebra
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