La gente sana debería poder tomar el fármaco que se receta contra la hiperactividad en los niños, el metilfenidato (conocido comercialmente como ritalina), para mejorar sus capacidades cerebrales.
Ésa es la afirmación de un experto en bioética británico, el profesor John Harris de la Universidad de Machester, en un artículo publicado en British Medical Journal (Revista Médica Británica).
El científico, que es también editor en jefe de Journal of Medical Ehtics
(Revista de Ética Médica) afirma que si el medicamento es seguro para los niños, los adultos también deberían poder tomarlo.
El metilfenidato es un psicoestimulante desarrollado en los 1950 para el tratamiento del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) en los niños.
El fármaco es utilizado cada vez más, principalmente en Estados Unidos.
Muchos médicos recetan la ritalina a los niños que se les ha diagnosticado TDAH porque dicen que ésta puede ayudarles a controlar su comportamiento y a funcionar mejor tanto en su casa como en la escuela.
Y en años recientes han surgido informes de que está siendo ampliamente utilizado entre adultos, principalmente estudiantes, para mejorar sus capacidades mentales.
Los comentarios del profesor Harris, sin embargo, han provocado críticas de quienes se oponen al uso de estos medicamentos para la estimulación cerebral, cuya venta sin receta médica es ilegal en muchos países, incluido el Reino Unido.
En este país el fármaco está clasificado como clase B, lo que significa que su posesión sin receta médica puede conducir a hasta cinco años en prisión y venderla a una sentencia de hasta 14 años tras las rejas.